La 440 Hz

>> viernes, 15 de mayo de 2009

No consigo afinarme. Todo en mí es disonante e intempestivo. Voy cuerda a cuerda tratando de encontrar el fallo pero hoy todo me suena igual.

(Llamada telefónica. Bronca y acusación).

Sí, soy la responsable del calentamiento global, del agujero de la capa de ozono, de las reyertas en Oriente y de todos los males del mundo. (Léase con ironía). Ni Pandora, vamos. Que al fin y al cabo sólo fue cabeza de turco y chivo expiatorio, al igual que Eva, su homóloga en la mitología bíblica, que es la culpable de que no dancemos desnudos y felices cual mariposillas en un paraíso en el que no se podían comer manzanas. ¡Pues vaya paraíso! A mí me gustan las manzanas...
Qué fácil es hablar sin saber y culpar sin razonar...

Ayer fue un día de involución para tirar en el cajón de trastos inservibles. Vacié los bolsillos al llegar a casa y pensé que yo también me había vaciado de sentimientos. No sentía ni alegría ni tristeza, lo hacía todo de forma automática, me faltaban ganas aunque me sobraran motivos.
Me tumbé, necesitaba dormir urgentemente y dejar de pensar.



Al despertar todo seguía igual. Otro día desperdiciado, otro día desafinado. Bueno, podía haber sido peor... Por lo menos no se me ha roto ninguna cuerda.


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