Teoría del caos

>> sábado, 30 de mayo de 2009

Dormí con la ventana abierta debido al calor y, al despertar, el olor del amanecer me hizo recordar las mañanas de fin de semana que nos levantábamos temprano para ir a la playa. Durante un breve lapso de tiempo, mientras no me desperté del todo, pensé que era una de esas mañanas. Parecía que en cualquier momento mi madre iba a abrir la puerta de la habitación para decirme que me levantara y me preparara, que mi padre estaba a punto de llegar y teníamos que irnos.

Pero sólo fue la memoria olfativa jugándome una mala pasada. Lo único que había al otro lado de la puerta era la tensión incómoda de la particular teoría del caos de mi madre. Nuestro enfado inicial fue amplificado por habladurías y mentiras. El aleteo de la mariposa se convirtió en huracán.

¿Cómo puedo hacerle ver la verdad si en mí ve la mentira? No puedo evitar pensar que sólo se le caerá la venda de los ojos cuando suceda algo realmente trágico. Pero quizá sea demasiado tarde.

Será entonces cuando la culpable ría satisfecha por haber logrado su propósito, sea cual sea. Y será entonces cuando pierda los estribos y no me importen las consecuencias ni los daños colaterales.

¿En quién confiar?

>> jueves, 28 de mayo de 2009

¿Cómo alguien de tu propia familia en quien, supuesta y teóricamente, puedes confiar es capaz de mentir sobremanera y perjudicarte? ¿Con qué fin? ¿Qué pretende conseguir? ¿No se puede confiar ya en nadie?
Pues yo no puedo evitarlo, confío en las personas, al menos hasta que me defraudan, como es el caso. Pero no por ello pierdo la confianza en el resto.

Lo que sucede es que duele, que me siento burlada y utilizada para algún retorcido fin que no alcanzo a comprender.

Ahora me toca deshacer el entuerto, y el tópico de que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario no es aplicable en mi caso. Parto de la culpabilidad. Y estoy cansada de tener que luchar siempre contra ese prejuicio y remontar marcadores negativos.

Hoy "mi familia" ha perdido a uno de sus miembros. Se ha ganado a pulso la expulsión. ¿Acaso ha perdido totalmente la cabeza? No. Yo no voy a buscar una coartada o razón psicológica que explique sus maldades. Simplemente lo ha hecho.

El ADN no es una garantía.

Cuando algo se derrumba

Cuando algo se derrumba no lo hace solo, van más piezas detrás. Es efecto dominó, efecto mariposa, efecto 2000, efecto stroop... Causa-efecto.

Es algo similar a chocar con una puerta de cristal. Camino hacia ella con decisión. No tiene el menor rastro de huellas, está tan limpia que parece que está abierta. Y de repente, algo impacta contra mí, o, mejor dicho, impacto contra algo que no he visto pero que está ahí.

El golpe me obliga a retroceder. Miro hacia atrás, hacia un lado, hacia el otro, a todas partes, para comprobar si alguien ha visto la escena. Algunas personas ríen, otras siguen indiferentes su camino y una se acerca, me pregunta si estoy bien y me ofrece ayuda.

Es curioso. Cuando se derrumba algo que sabía de antemano que era causa perdida, incluso me sorprende y desubica. ¿Por qué, si ya sabía que no era posible?

En este caso no es una puerta de cristal transparente lo que tengo delante, es un muro de hormigón opaco y visible a varios metros. Pero sigo adelante aun a sabiendas que el golpe me tumbará.
Así que aquí estoy, a unos metros del muro, pero sin detenerme ni cambiar el rumbo, hasta que llegue al punto de no retorno.

*   *   *

Una vez en el suelo, lo miraré dolida, me levantaré y trataré de escalarlo, pero no tendrá ningún saliente ni hueco al que agarrarme. Lo golpearé, pero no cederá. Le pediré que me deje atravesarlo, que al otro lado se encuentra lo que busco, pero me dirá que siempre ha estado ahí, que debería haber elegido otro camino.

Lo sé, pero algo me atrae de un modo irracional hacia un desenlace anunciado.

La gran batalla está en la mente

>> domingo, 24 de mayo de 2009


Mi mente es una guerra sin trinchera, a pecho descubierto y con las manos desnudas.

Turno de noche

>> sábado, 23 de mayo de 2009

Llegué al trabajo, como siempre, diez o quince minutos antes para cambiarme y recibir novedades. De nuevo horario nocturno, ya lo echaba de menos. Soy un poco murciélago.

Saludé a los de siempre.

-¡Hola! ¿Te ha tocado otra vez? Que bien. Bueno, con calma, ¿no? Aquí ya lo tienes todo bajo control...

Cogí la llave maestra y me dirigí al vestuario. Abrí la taquilla. Además del uniforme había un bote de café soluble por la mitad y una taza que dejé la última temporada nocturna.

Empecé el turno. Charlé un rato con el personal de tarde, que estaba a punto de terminar.

(Trabajando soy sorprendentemente sociable, no me cuesta entablar conversación. Serán los superpoderes que me otorga el uniforme que, aunque suene a marcianada, empiezo a creer que es así. Incluso en los peores momentos dejo los problemas colgados en la taquilla con mi ropa).

La única pega es que no estaba mi compañera habitual. Ella lo hacía fácil.

Había poca gente, parecía que iba a ser una noche muy tranquila... Sí, lo parecía, sólo lo parecía... Tenía la impresión de que algo iba a suceder y no me equivoqué. Por lo menos siempre es agradable y reconfortante poder ayudar a otra persona...

El camino a casa se me hizo pesado e incómodo, las calles estaban atestadas de madrugada. Al llegar preparé algo caliente. No había podido cenar debido a las incidencias. Me quedé un rato en la cocina para repasar el día, como solía hacer con este horario. Pero un recuerdo que no pertenecía al día que para mí terminaba y que para la gran mayoría estaba a punto de empezar, me sacó de la rutina.

Un beso, el recuerdo de un beso. Que oportuno. Parece que aun no te he olvidado. Es más fácil negarlo con el ruido y el trajín del día que con el silencio y la desnudez de la noche.

No te he olvidado, pero ya no te espero.

Me aburro...

Pasando el rato con papiroflexia...

       

Réquiem por un ángel caído

>> miércoles, 20 de mayo de 2009

La conocí hace varios años una noche con demasiado alcohol y ausente mesura. Era una chica inteligente, humilde y educada que siempre sonreía a la que se le quedó grande crecer y pequeña la ropa.

La vi vagar por calles y locales a horas poco afortunadas buscando en las sillas vacías de las barras de los bares a alguien que le ofreciera un whisky barato y un cigarro o a alguien que lo aceptara y le regalara un gesto cariñoso y una palabra amable. Pero la gente a la que atraía siempre quería cobrar esos detalles y ella tenía un problema, no sabía decir "NO" ni a la gente ni al alcohol.

Compartimos innumerables noches y días de resaca. Me contó sus sueños, eran parecidos a los míos. Me enseñó su cuerpo, lleno de cicatrices y recuerdos funestos. Era el mapa de su alma.

Una de esas noches conoció a un chico que bebía demasiado, pero no le pidió nada a cambio. Ella le dió lo que menos le importaba, su cuerpo, intentó quererlo y lo quiso, pero no supo amarlo.

Durante un tiempo le perdí la pista. Pensé que quizás al fin había encontrado ropa de su talla. Pero lo que hizo fue correr detrás de un espejismo en una ciudad extraña. Regresó con la misma ropa hecha jirones convertida en tiempo pasado.

La semana pasada, de madrugada, la encontré sentada en un banco, llorando. Había bebido y venía de la cama de algún extraño. Intenté ayudarla pero dijo que la olvidara, que ella misma lo había buscado y ya estaba condenada, no había cura para su enfermedad.

Se me empañaron los ojos, me levanté y seguí mi camino sin mirar atrás. Oí un aleteo y alcé la vista. Sólo vi una pluma que descendió hasta caer delante de mis pies.


Bed of roses

>> martes, 19 de mayo de 2009

No sé qué te ha pasado en los últimos meses, lo único que he percibido las escasas veces que te he visto en lo que va de año es a una persona que se ha rendido. Ya sabes, impresiones. En nuestro caso casi siempre equivocadas...

Dices que estás bien, que no necesitas nada y, aunque no me lo creo, poco puedo hacer ante esa actitud. Sé que hay situaciones en las que la única persona que puede ayudarte eres tú misma. Lo sé, lo respeto y lo comparto. Pero me entristece que las buenas personas se pierdan en su propia "bondad". No querer molestar a los demás con tus problemas es una pobre excusa. Quizás lo que te falte sea valor para quitarte el traje de "superwoman" y dejar que vean quién y cómo eres, que vean tu realidad. La misma que maquillas cada mañana antes de ir al trabajo y a la que regresas cada noche de insomnio cuando nadie puede verte ni oírte. Quizás lo que te sobre sea pudor.

No me malinterpretes, soy la primera que lo hace. Como he dicho antes, son sólo impresiones.

Te pido disculpas si mis actos o mi no-acción han influido negativamente en tu estado, sea cual sea. A veces, aunque nos importe una persona, estamos ocupados y distraídos mirando a uno u otro lado y necesitamos un toque de atención.

Me consta que lees mi blog aunque no comentes nada, así que aquí te dejo esto. Espero que no te moleste la forma de transmitir el mensaje ni el contenido del mismo. Va con todo mi cariño y agradecimiento.




Quizás he sido un poquillo mala al poner esta canción... ;P

Un domingo vagueando

>> domingo, 17 de mayo de 2009

Me he tomado al pie de la letra lo de fin de semana de descanso. Sólo me he movido de la cama para ducharme y comer. Creo que soy un poco extremista... Dentro de un par de días empezaré a trabajar también de noche y a dormir poco, así que hoy voy a seguir haciendo el vago.

*   *   *

Estaba escribiendo y me fijé en mis manos. Por un momento me resultaron extrañas, como si no las hubiera visto en mucho tiempo. Pero la forma de coger la pluma era la misma, tenían las mismas cicatrices.

A veces esa sensación se extiende también al resto de mi cuerpo. Es como si me hubiera despertado después de varios años en un estado de coma auto inducido. Las vivencias parecen demasiado lejanas y aletargadas como para provocar alguna emoción.

Es extraño... Me siento extraña...

Supongo que resetearse y empezar de nuevo siempre es desconcertante y laborioso.

Sí, lo es... Unos días más que otros...

Siento que tengo justo delante de mí algo importante que debo aprender que lo cambiará todo, pero no logro vislumbrarlo. Mucho me temo que me voy a dar de bruces contra lo que quiera que sea.

Tarde de sábado

>> sábado, 16 de mayo de 2009

Por fin un fin de semana sin despertador ni uniforme. Ya había olvidado lo que era pasar una tarde de sábado en casa escuchando la radio, viendo una película o leyendo un buen libro. Así que hoy toca tarde de patatas fritas y Coca-cola para recordar viejos tiempos.

Cuando era pequeña mi día favorito de la semana era el sábado. Solía pasar las tardes con mis padres en el campo. Me entretenía jugando con nuestros perros o construyendo algún artilugio extraño. Volvíamos a casa al anochecer. Esa era la parte que más me gustaba ya que durante años quise estudiar Astronomía. Me fascinaba observar el firmamento, podía pasar horas. Sentía que ese cielo salpicado de puntos brillantes formaba parte de mí y era mi hábitat. En ese instante lo demás se difuminaba.

A veces hay que perder algo para recordar y disfrutar pequeños placeres olvidados.

Es una pena que llueva y que me acompañe un resfriado, aunque así resulta más agradable estar en casa. Sólo echaré de menos las estrellas.

La 440 Hz

>> viernes, 15 de mayo de 2009

No consigo afinarme. Todo en mí es disonante e intempestivo. Voy cuerda a cuerda tratando de encontrar el fallo pero hoy todo me suena igual.

(Llamada telefónica. Bronca y acusación).

Sí, soy la responsable del calentamiento global, del agujero de la capa de ozono, de las reyertas en Oriente y de todos los males del mundo. (Léase con ironía). Ni Pandora, vamos. Que al fin y al cabo sólo fue cabeza de turco y chivo expiatorio, al igual que Eva, su homóloga en la mitología bíblica, que es la culpable de que no dancemos desnudos y felices cual mariposillas en un paraíso en el que no se podían comer manzanas. ¡Pues vaya paraíso! A mí me gustan las manzanas...
Qué fácil es hablar sin saber y culpar sin razonar...

Ayer fue un día de involución para tirar en el cajón de trastos inservibles. Vacié los bolsillos al llegar a casa y pensé que yo también me había vaciado de sentimientos. No sentía ni alegría ni tristeza, lo hacía todo de forma automática, me faltaban ganas aunque me sobraran motivos.
Me tumbé, necesitaba dormir urgentemente y dejar de pensar.



Al despertar todo seguía igual. Otro día desperdiciado, otro día desafinado. Bueno, podía haber sido peor... Por lo menos no se me ha roto ninguna cuerda.


Mi primer trébol de cuatro hojas

>> lunes, 11 de mayo de 2009


¡Mi primer trébol de cuatro hojas! ¡Por fin! Nunca había encontrado uno. Gracias Any. Ya ves que no eres gafe ni ceniza. Al menos a mí me das buena suerte... ;P

Play...

>> domingo, 10 de mayo de 2009

Cuando me pongo los cascos y presiono el botón "play" del mp3 entro en un mundo aparte. En cuanto suenan los primeros acordes empiezan los flashes de mi mundo particular y fantástico, un mundo al que me escapo siempre que tengo ocasión porque en él todo es posible.

Imagino que estoy a miles de kilómetros, en una playa en las antípodas viendo la puesta de Sol o en la cima de una montaña de América, sudorosa y fatigada por el esfuerzo del ascenso pero satisfecha porque la belleza del paisaje se extiende más allá de la línea del horizonte.

Imagino que conduzco por carreteras interminables sin rumbo ni destino fijos teniendo como única referencia de cambio de posición las emisoras de radio que van saltando y superponiéndose en el dial.

Imagino que puedo salir de mi cuerpo y alejarme de responsabilidades, preocupaciones y necesidades. Viaje astral hasta la libertad completa y total.

Fantaseo al ritmo de la lista de reproducción hasta llegar al trabajo, momento en el que me saco los auriculares, presiono "stop" y, cuando la música se detiene, vuelvo a la realidad.


A un click

>> miércoles, 6 de mayo de 2009

Rectificar es de sabios. Llevaba tanto tiempo fijándome en los errores y mal comportamiento de la gente que había olvidado la asertividad, la misma capacidad para alabar que para criticar. Estar cansada de malas costumbres no es excusa para no ver las virtudes. Me excuso, pero no me exculpo. De todas formas siempre tengo presente los actos dignos de mención y alabanza y a las personas que hacen que cada día recupere la "conexión".

El mundo está lleno de páginas diferentes, no puedo abarcarlas todas, ni todas son de mi interés ni me agradan, así que tengo que utilizar un motor de búsqueda para filtrar y encontrar lo que necesito. No siempre lo consigo, a veces se pierde en lo irrelevante, pero seguiré buscando. Y mientras lo hago construyo mi propia web y le añado enlaces a mis páginas favoritas para tenerlas siempre a un click.

Mi url es sencilla y te invito a que, si encuentras un motivo para ello, la teclees en la barra de dirección de tu navegador y la conozcas. Deja tu opinión, ya que cada día trabajo para mejorar su código fuente. Y agrégala a tus favoritos si te gusta lo que te transmite y te aporta algo, así la tendrás sólo a un click si la necesitas.

¿Qué habrá sido de ese chico?

¿Qué habrá sido de ese chico que hace años abandonó su hogar herido y derrotado?
Cuando ya te habías encargado de arruinarte la vida, tu propia familia, tu novia y los que considerabas tus amigos, te traicionaron y contribuyeron a romper en pedazos tu presente y condicionar tu futuro aquí. Tuvo que ser duro.

No te importó lo que dejabas atrás, sólo buscabas una salida, una nueva vida. Realmente la necesitabas. Pero olvidaste lo más importante, a los más importantes, a tus padres y tus hermanas. Ellos nunca te fallaron a pesar de tus errores y desplantes y, aunque ya no tengas fe en nada ni en nadie, nunca lo harán.

Hoy he visto a tu hermana pequeña. ¿Sabes? Ya no es una niña. He hablado con ella. ¿Y sabes? No te guarda rencor. Espera que seas por fin un hombre feliz. Sólo quiere volver a verte, volver a veros a todos juntos. Quiere hablar contigo y decirte que entiende que no fuera un motivo para quedarte porque no era más que una chiquilla de quince años que poco podía hacer para ayudarte. Entiende que no supiste hacerlo mejor, pero no fue justo para tu madre. ¿Y sabes algo más? Esa chiquilla que nunca lloraba cuando se hacía daño, cuando estaba enferma o triste, hoy ha llorado al recordarte.

Hermanito, te echo de menos. Aunque tú lo hayas hecho, yo no te he olvidado.

Gestión de Conflictos. Capítulo I. Conflicto Intrasujeto O Intrapersonal...

>> martes, 5 de mayo de 2009

Fui la primera en llegar al curso... Y la única puntual. Me senté en la primera fila, como hago siempre, y también fui la única hasta que no quedaron sitios atrás y no tuvieron otra opción que ocupar los de delante. Me parece una falta de respeto empezar a llenar un aula por las últimas filas. Al igual que la falta de puntualidad en este caso y hablar cuando se está dando una clase (¡que somos adultos señor@s!).

Seguro que la mayoría hemos querido hacer ver a los demás en alguna ocasión que nuestro punto de vista, nuestra opinión, era la correcta. A veces nos olvidamos de que cohabitamos con otras personas y cada una de ellas tiene una forma particular de ver la vida totalmente válida y respetable (siempre que se respeten el espacio y las ideas ajenas y no se intenten imponer las propias por la fuerza, ya que ahí acabaría su validez).

Aunque últimamente he llegado a pensar que tal vez sea demasiado exigente con los demás e incluso conmigo misma. No impongo a nadie mi forma de pensar, simplemente observo, valoro y llego siempre a la misma conclusión: despreocupación, subjetivismo, egocentrismo, estrechez de miras... Pero ¿por qué tengo que ser yo la equivocada? Hay carencias sociales que me parecen imperdonables. No es lo mismo excusar que exculpar.

¿Tan descabellado es mi planteamiento? ¿Debería transigir más? No pretendo ganar ni perder. Si en la lucha por nuestros intereses tratáramos de comprender la postura opuesta y cediéramos ambas partes cierto terreno, todos saldríamos ganando. No puede ser tan difícil...

Cerebro fuera de servicio

>> sábado, 2 de mayo de 2009

Otro día más de "No calendar entries for today". He vuelto a pedir dos cafés para llevar antes de llegar al trabajo, uno para mí y otro para la señora que trabaja en el servicio de limpieza. Me gusta hablar con ella, solemos ponernos al día con un café de la máquina del hall, pero hoy ha tocado uno "de verdad". Siempre me recibe con buen humor y una sonrisa y eso merece como mínimo un café en condiciones. Esos pequeños regalos ya no abundan, por desgracia.

Hoy tenía que haberme colgado un cartel que dijera "CEREBRO FUERA DE SERVICIO. DISCULPEN LAS MOLESTIAS", pero como no trabajo para la NASA creo que no es necesario, he cumplido. Si no siempre podría pegarme uno que dijera "GENIO TRABAJANDO. NO MOLESTAR" y fingir que estoy trabajando en la fórmula que mide la velocidad de expansión del Universo y en el valor de la constante de Hubble xD.

Aunque pensándolo bien... Mejor me cuelgo esta noche el de "REGALO ABRAZOS" que puede ser más interesante y productivo... :P

Recordé aquellas tardes...

>> viernes, 1 de mayo de 2009

Hace algunos días pasé frente al que fue mi colegio y no pude evitar emocionarme. Recordé aquellas tardes... Después de recogerme a la salida parábamos en una tienda próxima y me comprabas la merienda. Siempre abría ilusionada el envoltorio de la pegatina que venía en el interior para ver qué me había tocado.

Recordé cómo jugabas conmigo cuando vivíamos en nuestra anterior casa. Yo corría por el campo y tú me perseguías. Luego me cogías y me levantabas a la altura de tu cabeza mientras reía feliz, ajena todavía al mundo que se alzaba más allá de esos campos y de tus brazos, como lo que era, una niña de dos o tres años. Recordé el día que nos caímos por aquellas escaleras... Salí sin un rasguño y lloré al ver que te habías hecho daño por protegerme. Todavía hoy me pregunto cómo lo hiciste. Recordé a mi padre envolviéndome en su chaleco de plumas cuando insistía en salir con el al campo al anochecer, no recuerdo bien para qué. Me resultaba gracioso porque me llegaba a los pies y me quedaba ensimismada mirando las luciérnagas. Recordé el inconfundible olor de tu piel, algo que siempre me ha fascinado. ¿Cómo se puede oler tan bien?

Pero algo me devolvió al presente, quizás fueran los nuevos edificios que han construido en esa zona, quizás echarte de menos.

Ahora no hablamos. Ni siquiera somos como dos extrañas porque los extraños se saludan por educación cuando coinciden en la misma estancia. Ya ni se cruzan las miradas, se evitan. A veces creo que nunca nos hemos conocido y, sin embargo, tengo la impresión de que todo lo que callas, guardas y disimulas se asemeja mucho a lo que yo siento.

De repente quise que supieras todo de mí para no tener que luchar contra tus acusaciones categóricas e impresiones falsas y frustrarme al no saber hacerte ver que estás equivocada, que es sólo fachada. Deseé poder hablarte sin palabras para no perderme en redundantes explicaciones, porque cuando mis pensamientos llegan a mi boca se traban y distorsionan. Quise que por una vez me dijeras que valoras lo que soy y lo que hago, porque quizás ya lo hagas, pero no puedo adivinarlo. Y mi ego te necesita.

Ojalá me pareciera más a ti y fuera tan fuerte, sincera, correcta... Creo que te gustaría que así fuera. Pero debo ser yo misma y forjar mi carácter con los fuertes valores que me habéis enseñado, aunque creas que no he aprendido nada.

No imaginas cómo me duele esta distancia, porque me haces falta, me completas cuando todo se cae, te admiro y te quiero, aunque no te entienda. Porque todavía tengo que lograr hacerte feliz.

Hace unos meses vi a una mujer de avanzada edad con el pelo blanco en un centro comercial y tuve la horrible sensación de que te estaba perdiendo. El tiempo no perdona ni se puede parar y guardar como si de un cronómetro se tratara. ¿Y si nos damos cuenta demasiado tarde?

Algún día volveré a ese lugar en el que jugabas conmigo para volver a tener ese instante. No importa si no está cómo lo recuerdo ni lo que hayan construido. Cerraré los ojos, respiraré tranquila y profundamente y te veré. Veré esa mirada que siempre parece triste aunque ilumines el mundo con tu sonrisa. Sentiré esos brazos fuertes sujetándome para que no me caiga. Oiré el ruido de las hojas mecidas por el viento, el mismo que me despeina y refresca y el chirriar de las ramas. Oleré la hierba y notaré su textura esponjosa al tumbarme sobre ella, verde y tierna. El Sol me dará en la cara y me entretendré observando las escasas nubes blancas y brillantes que pasan sobre mí...

Algún día volveré a ese lugar y estarás ahí esperándome para darme la paz y la inocencia que dejé en esas tierras. Algún día volveremos a ese lugar.