Divagaciones nocturnas

>> domingo, 7 de junio de 2009

Algunas madrugadas me despierto y descubro que me he dormido sin antes apagar el televisor. Busco torpemente entre las sábanas el mando a distancia para apagarlo y volver al sueño que he dejado a medias. Pero ya es tarde, apenas distingo en qué estaba inmersa, sólo recuerdo vagamente un fragmento en el que pude ver el resquicio de un paraíso durante escasos y efímeros segundos, recuerdo la luz que lo envolvía todo.

Me escondo bajo capas de poliéster y algodón, tapando la cabeza para despistar al frío y eludir los problemas y algunas obligaciones casi carcelarias mientras el despertador me lo permita. Es un escondite mullido en el que últimamente no me refugio demasiado.

Ya empiezan los recuerdos descatalogados a desordenar lo archivado.

Hasta hace no mucho tiempo vivía en mi propio infierno, yo misma lo había creado. Un lugar recóndito, desolador, oculto en lo más profundo de mí, donde los fantasmas de cada tiempo acechaban sin cesar y las sombras perseguían expectantes para enturbiar mis pensamientos. Un lugar donde llovía tristeza, y bajo esta caminaba empapada con la mirada perdida en la nada. Un lugar en el que las sombras se deslizaban, palpitaban en las paredes. Sombras insomnes, ansiosas, incompletas. Se regocijaban y cobijaban en la silenciosa y tenue oscuridad. Yo misma era una sombra que oscilaba entre el bien y el mal en un lugar hasta el que nadie había llegado para salvarme.

Mi desnudez reposa en la inquietud, envuelta en blancas sábanas que me cubren y secan lágrimas perdidas en sueños de libertad.


1 Leitmotivaciones:

Nunca dejes de sonreir 8/6/09 14:27  

¿Tu infierno?..,siento decirte que no lo veo!

Ponle un candado mas grande, donde guardas "los recuerdos" descatalogados, mmmm, curiosa forma de llamarlo, me ha llamado la atención, la verdad.



Un beso ;)