Epifanía

>> lunes, 4 de junio de 2012



Llega un momento en el que te despiertas y parece que tu vida ha cambiado radicalmente de la noche a la mañana, no la reconoces como propia, no te reconoces en la rutina y a veces tampoco en el espejo. Pero en realidad el cambio ha sido tedioso y lento como la deriva continental. Entonces, en medio del ruido y el trasiego, mientras miras absorta al infinito, tienes una epifanía existencial y la vida pasa por tu retina. Hay tanto que cambiar, que mejorar, tanto por hacer... Sin darte cuenta lloras sin saber exactamente por qué, tal vez por todo y tal vez por nada. Sólo tienes ganas de vivir con mayúsculas y entre signos de admiración, y quieres hacerlo bien, quieres dejar huella en la roca y en el asfalto, en las mentes y en los corazones. Y te das cuenta de que quieres compartir esa vida con las personas que la orbitan y que merecen saberlo; al igual que tú mereces darte la oportunidad de decírselo.