Tormenta de verano

>> lunes, 12 de julio de 2010

¿El mejor momento de esta semana?

Caminar bajo la lluvia sin paraguas escuchando música en el reproductor de mp3 mientras atravesaba la ciudad sin más motivo que ese.

El agua resbalaba por mi cara y mis brazos y empapaba mi ropa; era cálida pero refrescante comparada con la temperatura atmosférica. Rugían motores y se entremezclaban voces que oía en la transición de una canción a otra. La gente pasaba a mi lado y en ocasiones tenía que esquivarla, pero me sentía lejos de todo eso, como si lo viera a varios metros sobre el suelo. Respiré hondo, cerré los ojos, levanté la vista al cielo y sonreí por ese momento.


Durante unos segundos logré salir de mi mente y me sentí en paz; durante unos segundos esa tormenta de verano que lloraba sobre mis hombros me hizo feliz; durante unos segundos dejaron de importar los sentimientos no correspondidos, la vaticinada ausencia, el cuestionamiento permanente, los menosprecios laborales, el cansancio a todos los niveles...; durante unos segundos el resto del mundo dejó de importar y me vi a mí misma; en ese momento importaba la lluvia, importaba yo.

Algunos se cobijaban en portales, los más previsores bajo sus paraguas, y los que caminaban empapados lo hacían encogidos de hombros y mirando al suelo. Y yo, en cambio, lo hacía con calma, permitiendo que la lluvia me mojara, intentando alargar lo máximo posible ese momento.

*   *   *

¿El peor momento de la semana?

El regreso.

Ir en un coche a 120 km por hora y ser consciente de que el momento se me escapa a la misma velocidad o se estrella contra el parabrisas como un insecto diminuto, como algo insignificante; caminar de vuelta a casa con el pesar de quien se deja el alma atrás...

El regreso a la realidad, a mí, siempre es demoledor.