Cansada

>> domingo, 28 de junio de 2009

Madrugada viernes-sábado. Las calles huelen a alcohol y a perfume. La gente sale de los locales que cierran a una hora más o menos prudente para continuar la fiesta en los que comienzan a abrir.

Subo el volumen del mp3, no me apetece oír el griterío. No me apetece caminar entre la gente, ni siquiera quiero caminar ni pensar en el trayecto de vuelta a casa. No me apetece pensar en el trabajo, ni en el cuadrante de julio, recién salido de la impresora, ni en los cambios constantes de horario y lugar, ni en que no tendré vacaciones este verano, ni en los días en los que sólo dormiré un par de horas después de trabajar toda la noche, ni en el cansancio mental. No me apetece pensar en los celos retrospectivos que tengo de mí misma. No me apetece pensar en nadie ni en ningún momento en concreto. No me apetece pensar... Sólo quiero dejar la mente libre, sin presiones, y dormir... No me apetece pensar... Pero es inevitable...


Hay instantes sublimes...

>> jueves, 25 de junio de 2009

Hay instantes sublimes en los que el valor íntimo de un sentimiento noble me despierta del letargo y vuelvo a recuperar mi esencia, mis valores, mis sueños y mi razón. Vuelvo a reconocerme y a sentirme bien en mi piel. Pero al minuto siguiente recuerdo por qué está tan ligada a mí la sensación de fracaso y todo vuelve a distorsionarse. Convierto todo lo bueno que puede haber en mí y en mi vida en algo secundario y frágil y sólo quedan los vestigios de una empresa que nunca llegó a prosperar.

Recuerdos, pensamientos e inútiles, ridículos y disonantes pasatiempos que invento constelan alrededor de mi cabeza mientras me condeno y encierro en un comportamiento redundante y dañino.

*   *   *

Tengo que recoger mis súplicas, promesas vanas y fallidos intentos y elevarlos hasta convertirlos en mantra, oración y verdad. No más vueltas de tuerca, perífrasis ni charlatanería lastimosa y autocompasiva. La búsqueda de voluntad y el desarrollo del espíritu para alcanzar un bien mayor y necesario no son un proyecto mesiánico ni se pueden alargar ni aplazar constantemente.

Y lo intentaré una y mil veces si es necesario para honrar los grandes valores que me han inculcado y convertirme por fin en la persona que quiero ser.


Activado modo Ñu

>> domingo, 21 de junio de 2009

Hay ciertos temas que siempre me entristecen... Suelo evitarlos, pero en un momento u otro alguien mete el dedo en la llaga. Sé que sin mala intención, pero me afecta, son estigmas que todavía pesan.

Y así, una vez más, vuelvo a ese estado subyugante en el que sólo veo que he fracasado en casi todo lo que he emprendido y me he planteado. Me encuentro otra vez en el mismo punto, siempre esperando, nunca actuando. No por cobardía, sino porque no me pertenece o no debo. Y me quedo en lo que se supone que debo ser.

Creo que algunas personas esperan demasiado de mí, y sólo soy yo (aunque resuelva Cubos de Rubik de doce caras...). Puedo alimentar expectativas pero no saciarlas. La cuestión no es "quién soy", sino ¿para qué soy?

Me gustaría sacar de mí todo lo que me daña, lo que me llena o me vacía, pero hay cosas que debo censurar, que no puedo dejar que salgan. No, no puedo, no debo. Es instinto de supervivencia social (y en ocasiones suicidio emocional).

Viaje a través de los momentos

>> miércoles, 17 de junio de 2009

Huele a frío y a niebla, se posan, entrelazan y reflejan el miedo que desgarra la piel más curtida. Estoy de vuelta de un largo viaje, pero a veces no es más duro irse, es más duro regresar.

Quiero volver a emocionarme con las notas de una canción y el sonido de una voz. Quiero volver a enamorarme por primera vez. Quiero volver al origen y a la esencia, quiero volver al verano de mi adolescencia.

Quiero volver a pasear hasta el mirador de mi ciudad, hasta cualquier mirador del mundo que me haga sentir en mi hogar. Ver el sol ponerse tras los edificios, como si allí detrás se parara el mundo por un instante y todo lo que el corazón deseara fuera posible. Un mundo en el que nuestros sueños viajan a lomos de un unicornio alado que se eleva hasta donde nadie puede llegar para romperlos en pedazos.

La grandeza de un Universo me envuelve y acaricia, me acompaña hasta donde yo pueda llegar. Me transporta hasta la cima de mi paz, hasta mi centro y mi lugar. No importan las luchas interiores, catarsis eterna y arcana de mi alma.

Si pudiéramos llegar hasta lo más secreto y lejano de la Tierra, extender la mano y tocar el horizonte, las nubes y las estrellas... Estaríamos tocando un trozo de esperanza, una respuesta, una verdad... Seríamos jóvenes para siempre. Viaje común a través de los momentos y sello de unión.

La noche se adormece lentamente entre recuerdos y por los senderos de mi subconsciente se desliza mi mente entre sueños y nostalgia.


El camino de vuelta

Anoche busqué como tantas veces, pero no hallé. Tan sólo vi el camino de regreso, solitario como siempre, angustioso y eterno. Sólo la oscuridad le otorga un resquicio agradable y placentero, la noche alumbrada con tenues luces, creando sombras deformes, pero bellas.

Veo decadencia en los momentos transcurridos y venideros, veo ráfagas de esperanza y ansia, ráfagas de frustración y flaqueza. Prosperidad contra adversidad. Todo se confunde, se transforma, se destruye, se crea. Y oigo en mi subconsciente cómo pronuncias mi nombre, pero nadie lo ha mencionado porque camino sola, sólo lo oigo dentro de mi cabeza. Sólo se oyen pasos lejanos, mis pies arrastrándose, golpeando el suelo, haciendo cada vez más corto este camino. Nunca sé adonde voy, sólo conozco el camino de vuelta.

Llevo aguardándote desde mi más tierna adolescencia y hay noches en las que, a pesar de los años que han pasado, todavía me asomo a la ventana y sueño que algún día estarás conmigo. Recuerdo aquella noche, y la siguiente... No he podido olvidarlas, durante mucho tiempo viví por y para ellas. Y mientras camino rememoro, rememoro y guardo para tenerlo siempre. Añoro lo que aún no he vivido como si lo hubiera perdido. Espero un futuro utópico que tal vez nunca llegue, pero es todo lo que me queda.

Mírame, y por favor entiende que te siga esperando. Ya ni siguiera sé si existes o si eres tan sólo un pensamiento, un anhelo vano que ha permanecido insertado en mi cabeza durante todos estos años.

Tal vez siempre tenga que inventar excusas para verte sin que tú lo adviertas, sin que tú me veas. Y lo haré porque tú no estás aquí. Tal vez nunca llegues para caminar conmigo cuando sea de noche, pero esperaré en el mismo lugar, sentada en lo alto de las escaleras de un parque abandonado, bajo la luz parpadeante de una farola que pronto se fundirá.

Escorzo

>> lunes, 15 de junio de 2009

A veces, al levantar la vista después de caminar un buen trecho mirando al suelo, la visión se antoja plana, bidimensional, sólo se ve el frontal. Tengo que abrir y cerrar varias veces los ojos para enfocar, aplicar el escorzo y verlo todo desde otros ángulos y puntos de vista y notar la profundidad.

La perspectiva global es cuestión de actitud.

Es en esos momentos cuando miro arriba y veo los ornamentos de los edificios históricos y las líneas minimalistas de los modernos. Veo luz y sombra creando la profundidad de las almas. Veo el volumen, el conjunto.

Es en esos momentos cuando imagino cómo serán las vidas de las personas con las que me cruzo por la calle. Me pregunto cuáles serán sus inquietudes, sus secretos, sus pensamientos en ese instante. Me pregunto si alguna de esas personas pensará lo mismo al cruzarse conmigo, si alguien en algún lugar del mundo sentirá lo mismo que yo.

Es entonces cuando quisiera escribir algo que desvelara misterios y respondiera preguntas intemporales. Quisiera escribir algo hermoso que llegara a los corazones. Quisiera escribir la historia, el tiempo, el mundo, la vida... Quisiera escribirte, describirte, hacerte corpórea, crearte... crearte para mí... acercarte con el trazo de mi pluma, convencerte para que te quedaras con mis palabras, con mis brazos...


Hay días que me falta el aire

>> viernes, 12 de junio de 2009

Hoy estoy agotada. Llegué del trabajo arrastrando el cansancio y la falta de descanso de varios días porque cuando trabajo de noche me sigo levantando por la mañana, ocupándome de los mismos asuntos, realizando las mismas tareas, entrenando durante el día y acusando las lesiones, que alcanzan su punto más álgido al regresar de madrugada, después de mi jornada laboral. Normalmente no me afecta, no lo noto, pero hoy me ha alcanzado. Y pensar en las dos semanas que me esperan hace que la perspectiva se torne complicada, sin puntos de fuga.

(Llamada telefónica de uno de mis jefes).

Qué oportuno. Yo hablando de mi cansancio y mañana tengo que cubrir un turno. Así que, cuando llegue de madrugada a casa, me dará tiempo a tumbarme un par de horas antes de volver al trabajo. La panacea...

Esperaba impaciente este fin de semana porque era el único que tenía libre, y ahora se ha quedado en semi-libre (mini-libre). Acaban con mi paciencia... Pero podría ser peor, por lo menos es sólo el turno de mañana y no todo el día...

Necesito un descanso.

Tengo la sensación de que me falta el aire. Y no es sólo una sensación física. Siento que voy contrarreloj, que ejecuto al mismo tiempo demasiadas tareas. Espero no tener que presionar Ctrl+Alt+Del y mantenerlas todas activas hasta que logre finalizarlas.

A veces me veo como un Cubo de Rubik sin resolver... (sé que es una comparación un tanto... extraña...). Y a veces "me mantiene en pie tan sólo el instinto".



Sobrevolando la realidad

>> jueves, 11 de junio de 2009

Otro día más esperando un imposible, una visión hermosa que no puedo alcanzar. Como si fuera brillante polvo plateado que se mezcla con el viento sólo de un soplido o los destellos dorados del sol en la cara al atardecer.

A veces nada tiene sentido y otras veces una sensación de infinito, de futuro, me llena el pecho y me da una razón. Es como ver el mundo desde un avión. Las nubes parecen cúmulos brillantes de paz blanca y algodonada, paisaje de etérea inmensidad que exalta las emociones más recónditas y adormecidas. Esa visión me eleva y protege como si nada pudiera alcanzarme, como si esa paz envolvente pudiera incluso detener una caída al vacío.

Y mientras lo observo todo desde esa burbuja, el mundo ahí abajo, lejos de haberse detenido, sigue adelante sin mí, sin mirar atrás, sin piedad ni compasión por los caídos.

No es aburrimiento, es creatividad... xD

>> martes, 9 de junio de 2009


Gracias, Any, por la inspirada frase que da título a esta entrada ^^

Divagaciones nocturnas

>> domingo, 7 de junio de 2009

Algunas madrugadas me despierto y descubro que me he dormido sin antes apagar el televisor. Busco torpemente entre las sábanas el mando a distancia para apagarlo y volver al sueño que he dejado a medias. Pero ya es tarde, apenas distingo en qué estaba inmersa, sólo recuerdo vagamente un fragmento en el que pude ver el resquicio de un paraíso durante escasos y efímeros segundos, recuerdo la luz que lo envolvía todo.

Me escondo bajo capas de poliéster y algodón, tapando la cabeza para despistar al frío y eludir los problemas y algunas obligaciones casi carcelarias mientras el despertador me lo permita. Es un escondite mullido en el que últimamente no me refugio demasiado.

Ya empiezan los recuerdos descatalogados a desordenar lo archivado.

Hasta hace no mucho tiempo vivía en mi propio infierno, yo misma lo había creado. Un lugar recóndito, desolador, oculto en lo más profundo de mí, donde los fantasmas de cada tiempo acechaban sin cesar y las sombras perseguían expectantes para enturbiar mis pensamientos. Un lugar donde llovía tristeza, y bajo esta caminaba empapada con la mirada perdida en la nada. Un lugar en el que las sombras se deslizaban, palpitaban en las paredes. Sombras insomnes, ansiosas, incompletas. Se regocijaban y cobijaban en la silenciosa y tenue oscuridad. Yo misma era una sombra que oscilaba entre el bien y el mal en un lugar hasta el que nadie había llegado para salvarme.

Mi desnudez reposa en la inquietud, envuelta en blancas sábanas que me cubren y secan lágrimas perdidas en sueños de libertad.


Eco

Todavía resuenan las risas con el eco de un cuarto vacío en el que quedan tantos momentos compartidos. Frente a mí parece que nada ha cambiado, que todo está en el mismo lugar, pero todo es diferente. Algunos todavía están aquí y otros se han ido allí donde el sol se pone.

¿Y ahora qué?

¿Qué se supone que hay que hacer?

Todo empieza. Todo termina. Primero llega a ti, lo posees, lo gozas, ves como emerge, para después verlo decaer, agonizar entre tus manos hasta que muere.

¿Y qué haremos después?

¿Recuperaremos lo añorado y volveremos a encontrarnos?

¿Adónde iremos después de los recuerdos?

Kilómetros

>> viernes, 5 de junio de 2009


He pasado tantas horas en estaciones, aeropuertos, autobuses, trenes y aviones... No todo el mundo hace cinco mil kilómetros al mes para estar con otra persona. Y yo habría ido a la otra punta del mundo si me lo hubiera pedido...

¿Valió la pena? En su momento sí, que es lo que importa. Ahora... Ahora prefiero no pensar en ello porque si lo hago se borrarán los buenos momentos como la tiza en una pizarra.

En lo que va de año me he dedicado a hacer balance y cierre de años anteriores. Será que por fin me siento con fuerzas y con recursos y puedo pensar con fluidez y claridad después de dos años de barbecho.

*   *   *

Hoy lo que me apetecía era irme a La Alameda, sentarme en un banco o en la hierba y dibujar lo primero sobre lo que mi vista se posara más de cinco segundos. Pero empezó a llover y no pudo ser.

Llover... Lluvia... Llueve... Que familiar... Que ganas de salir a la calle, al parque que se ve desde la ventana de mi habitación, y dejar que el agua que cae y la de los charcos me empape completamente... Que ganas de salir corriendo sin pensar el recorrido, atravesar carreteras, caminos, campos, subir, bajar, saltar, y detenerme sólo cuando ya no pueda dar un paso más.

Me pregunto hasta dónde podría llegar...


"El éxito más allá del éxito"

>> miércoles, 3 de junio de 2009

Nunca he conseguido que mi alma se resignara a lo que poseía. Espíritu de cuestionamiento permanente, lejanía de metas, proyectos irrealizables, falta de consenso en el diálogo interno, ausencia de mesura onírica... Tal vez espero demasiado del futuro.

Trato de cultivar una visión lo más amplia y objetiva posible de mí misma, de mis posibilidades y aspiraciones y del exterior, pero siempre he tenido facilidad para orbitar en torno al mundo real. Lo difícil sería no hacerlo viviendo en una realidad epidérmica. (Aunque, contradictoriamente, soy muy realista).

Todos queremos el éxito, pero lo importante es "el éxito más allá del éxito". Breve pero pleno instante de introspección y análisis cuantitativo y cualitativo en el que sientes que TODO está en su preciso lugar. Eso es lo verdaderamente difícil y satisfactorio, esa es la auténtica odisea.

Creo que estoy demasiado desencantada de absolutamente todo como para aspirar a tener algo similar a ese momento. Ahora mismo el futuro es para mí un espacio vacío e indefinido. Lo bueno de eso, de algo vacío, es que todavía se puede utilizar el espacio desocupado. Sólo me falta hallar con qué ocuparlo.
Una de tantas hojas inicialmente en blanco que he colmado de palabras o dibujos. Sólo me falta inspiración.